El sábado 10 de septiembre de 2016 se utilizó por vez primera en mi organismo, durante una prueba física extrema, un monitor de signos vitales construido recientemente por estudiantes de posgrado de la carrera de Ingeniería biomédica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) plantel Iztapalapa.
La ventaja de ese monitor es que, además de medir de modo simultáneo siete parámetros biomédicos (que se indican en el numeral iii), es un aparato portátil con una pila recargable cuyo costo es mucho menor en comparación con aquellos que han diseñado las empresas extranjeras.